
¿La ayuda de EE.UU. evitará la devaluación del peso?
Analizamos por qué la asistencia financiera ofrecida por Estados Unidos podría no ser suficiente para evitar una devaluación del peso argentino a mediano plazo y qué condiciones harían efectiva esa ayuda.
La reciente oferta de apoyo financiero de Estados Unidos al gobierno argentino generó fuertes expectativas. Sin embargo, expertos internacionales advierten que esa asistencia podría no ser suficiente para evitar una devaluación disruptiva si no va acompañada de medidas internas sostenibles y de un compromiso a largo plazo.
¿Qué instrumentos se plantean y cuál sería su efecto?
Entre las opciones mencionadas para apuntalar la estabilidad cambiaria figuran:
- Préstamos al banco central por montos significativos para reforzar reservas. En teoría, estos fondos sirven para contener ataques cambiarios, pero su eficacia depende de la credibilidad política y de que el préstamo no sea simplemente un parche temporal.
- Líneas swap con bancos centrales: son más efectivas porque permiten acceso rápido a dólares. Sin embargo, su concesión exige criterios estrictos de elegibilidad y suele reservarse para crisis sistémicas; no es claro que Argentina cumpla esos requisitos.
- Compras directas en el mercado cambiario por parte del exterior: podrían sostener el tipo de cambio en el corto plazo, pero presentan riesgos fiscales y políticos si se prolongan sin un plan de transición del régimen monetario.
¿Por qué la ayuda externa podría ser insuficiente?
Los análisis coinciden en varios puntos clave:
- Temporalidad del apoyo. Un auxilio con horizonte limitado puede calmar los mercados por semanas, pero no evitará tensiones si persisten desequilibrios internos.
- Credibilidad y políticas internas. Los mercados exigen reformas consistentes y señales creíbles. Sin ajustes fiscales y un marco monetario claro, las intervenciones externas pierden peso.
- Riesgo político y salida de capitales. La libertad de salida de capital y la polarización política aumentan la vulnerabilidad frente a episodios de fuga de capitales, lo que dificulta sostener una paridad fija o artificialmente fuerte.
- Costos para el país donante. La disposición a inyectar recursos depende también de incentivos geopolíticos y del panorama político interno del país proveedor; esos factores pueden limitar la magnitud y duración del auxilio.
Qué haría más efectiva una intervención externa
Para que la asistencia internacional reduzca el riesgo de devaluación de forma sostenida, sería necesario:
- Compromiso financiero prolongado y escalonado, no solo medidas puntuales.
- Reformas estructurales internas que restauren confianza: ajustes fiscales creíbles, reglas monetarias transparentes y controles sobre salida de capitales si procede.
- Coordinación multilateral con organismos internacionales que brinden respaldo técnico y financiero complementario.
- Comunicación creíble hacia mercados para anclar expectativas: sin señales claras, cualquier colchón externo puede erosinarse rápidamente.
Medidas sin garantías
La asistencia internacional puede ofrecer respiro temporal, pero no garantiza la preservación del valor real del peso si no se acompaña de reformas profundas y de un plan de confianza a largo plazo. En ese marco, la posibilidad de una devaluación no puede descartarse; evitarlo depende tanto de la magnitud y duración del apoyo externo como del diseño e implementación de políticas económicas internas.