Una rebelión agraria que marcó un antes y un después
El 25 de junio de 1912, en la localidad santafesina de Alcorta, se produjo un hecho clave en la historia del campo argentino: el Grito de Alcorta. Este movimiento fue impulsado por pequeños y medianos arrendatarios rurales, en su mayoría inmigrantes, que se rebelaron contra un sistema de producción desigual y opresivo, en plena presidencia de Roque Sáenz Peña.
Las condiciones de vida de los chacareros, muchos de ellos sometidos a contratos abusivos y prácticas casi feudales, eran extremadamente precarias. Tras una formidable cosecha ese mismo año, los agricultores comprobaron que, aun con buenos rendimientos, las deudas absorbían por completo sus ganancias, dejándolos sin medios para sostenerse. El cansancio y la frustración se convirtieron en organización.
El día que el campo alzó la voz
El movimiento tuvo su punto de inflexión el 25 de junio, cuando una multitud de productores se reunió en la Sociedad Italiana de Socorro Mutuo e Instrucción de Alcorta. La asamblea fue presidida por el agricultor Francisco Bulzani. Allí se declaró una huelga agraria por tiempo indeterminado, una medida inédita en ese momento, que se extendería hasta agosto.
¿Qué reclamaban los productores rurales?
Los trabajadores exigían mejoras concretas en sus condiciones laborales y contractuales. Entre sus principales demandas se encontraban:
- Una rebaja general de arrendamientos y aparcerías.
- La posibilidad de entregar el producto en parva o troje, sin intermediarios forzados.
- Contratos de al menos cuatro años, que les dieran previsibilidad.
- Garantías reales para ejercer la libertad de contratación.
Estas reivindicaciones buscaban dignificar el trabajo rural, dando herramientas para un desarrollo sostenible en el tiempo. El reclamo no solo fue escuchado: inspiró una transformación estructural.
Nace la primera organización gremial del campo
La huelga fue el germen de una entidad que hoy sigue vigente. El 15 de agosto de 1912, en la Sociedad Italiana de Rosario, se fundó la Federación Agraria Argentina. Su primer presidente fue Francisco Noguera, acompañado por el abogado Francisco Netri, quien luego asumiría la presidencia.
Netri, figura clave en la defensa de los productores, fue perseguido judicialmente y, aunque absuelto en 1913, fue asesinado el 5 de octubre de 1916. Su legado sigue siendo símbolo de lucha y compromiso con los trabajadores del campo.
Un legado que sigue vigente
Matías Martiarena, actual director del Distrito III de la Federación Agraria, recordó que esta fecha “es parte del corazón de todos los federados”. Destacó el coraje y la visión de aquellos inmigrantes que, con organización y convicción, marcaron un camino.
“Hace 113 años, lograron organizarse y alcanzar un objetivo común: una ley de arrendamientos. Ese grito nos dio entidad y nos enseñó que las dificultades se superan en conjunto”, señaló Martiarena.
También subrayó la importancia de que los productores participen activamente en sus entidades gremiales, ya que esto permite elevar propuestas concretas y defender las necesidades del sector en cada región. “A lo largo del tiempo, la Federación Agraria ha sido la voz que representa a los pequeños productores en las distintas gestiones de gobierno”, concluyó.
El Grito de Alcorta: una historia que no pierde fuerza
A más de un siglo, el Grito de Alcorta no es solo un recuerdo: es una guía para la acción colectiva, un símbolo de que la organización y la participación pueden transformar la realidad del campo y del país.